Como el loto
La vida y el futuro de la especie humana dependen cada vez más de los cerebros y bolsillos que conducen la economía y la política mundial, esos mismos que son los sepultureros del planeta y de sus habitantes… Ante ello, mucha incredulidad, mucha impotencia, pocas explosiones de indignación y cólera. Pero ¿por qué no una humilde palabra de aliento también?
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