Hubo un tiempo en que el mundo bullía de seres que no se veían, pero allí estaban. Bajo cada brizna de hierba se escondía un espíritu. Y las cosas tenían voz. Las mismas piedras hablaban.
Era el tiempo en que el hombre y la mujer se entrelazaban como dos árboles plantados en medio de la naturaleza...
Después vino la máquina...
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