lunes, 31 de diciembre de 2012

ASESINATO EN LA CAPILLA




Déjenme que les cuente el increíble asesinato que recién tuvo lugar en nuestra capilla.

Este año, he armado el Pesebre de Navidad del lado del altar de san José. Me entretuve colgando los viejos adornos de siempre de unas infraestructuras tan firmes como los tambaleantes puentes, viaductos y cruces de autopista de un Quebec que se está haciendo viejo. El burro de yeso es uno de los personajes de más peso de ese Pesebre. Es un pilar, diría yo. Pues bien, tuve la buena idea de ponerlo sobre la punta de una tabla que no estaba clavada. El tipo se cayó al piso y se rompió en mil  pedazos.

Eso me dolió bastante porque le tenía mucho cariño a ese animalito de venerable edad cuyos ojos reflejaban la bienaventuranza de los mansos.  El buey era inconsolable. Me trató de asesino. Confesé mi crimen a toda la casa y salí disparado a recorrer los almacenes para buscarle un sustituto a mi burro difunto. Pero como la religión ya no es lo que fue, a los burros de pesebre ya no se les ve ni la punta de una oreja. Entonces volví a casa con las manos vacías.

Entretanto, un joven colega de 83 años, que pasó su vida haciendo el bien en el Japón y que ahora se dedica a hacer trabajos menudos, fue al lugar del crimen a  recoger los trozos del animal roto. Con una paciencia de ángel, logró reconstruir al difunto. ¡Literalmente lo resucitó! Yo no lo podía creer. Mi burrito había vuelto a ser como antes, a excepción de algunas cicatrices. Pero había sido pintado de nuevo, lo que lo rejuvenecía. ¡Aún el buey le envidia el nuevo look...


Con motivo de las Fiestas, acostumbramos desear lo mejor a todo el mundo, aún cuando sabemos que nada va a cambiar.  De hecho, ¿cómo recomponernos cuando tenemos huesos rotos en el cuerpo, en el corazón, en el alma, en la familia, en la sociedad, en la Iglesia, en el Gobierno y en un mundo que está cada vez más patas arriba? …

“No se desesperen”, nos dice el burrito resucitado, “peguen primero los  pedazos rotos, y después verán. ¡Todo es posible! “ 

                                                Eloy Roy

1 comentario:

  1. Gracias. ¡Gloria a Dios en el cielo y paz a los seres humanos porque participan de ella!

    [También a mí "me resucitó" un belén traído de Perú. Ahora está recompuesto, pero "funciona"]

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