martes, 17 de diciembre de 2013

CELDA Y PESEBRE





Nelson Mandela ha muerto. El que el mundo entero aclama como el “salvador” de su pueblo, fue enterrado vivo durante 18 años en una celda de mala muerte que se parecía a una tumba. Condenado por la Justicia de su país como “terrorista” y “traidor a la patria”, el “liberador” de Sudáfrica habrá pasado en total 27 años de su vida en prisión. 

Esa miserable celda de Mandela en la siniestra prisión de Robben Island me  transporta como por arte de magia hasta el pobre pesebre de  Jesús en Belén. 

Me gusta releer a Jesús a través de Mandela. 

Estos dos hombres que, desde un principio, estaban condenados a la nada, lograron voltear enormes fronteras y alcanzar lo universal. Sortearon barrotes, búnkeres, casillas, normas, marcos y dogmas intocables. No se dejaron atrapar en las jaulas sociales, ideológicas, psicológicas y religiosas de su país y de su tiempo. Hicieron burla del odio y de la venganza. No se doblegaron ante las  prisiones, los pesebres, las cruces y las tumbas que encierran al ser humano en sí mismo  e impiden que alcance su plenitud.  

La vida de Mandela y la de Jesús  despiertan lo que tenemos de mejor dentro de nosotros. Son dos vidas que nos traen aire puro y altura con ganas de no resignarnos jamás a vivir como muertos.

Los dos liberadores tienen también en común el que han sido traicionados por varios discípulos suyos, y no entre los menores.  La sociedad de Sudáfrica está  más dividida que nunca entre una pequeña facción de ricos y una inmensa mayoría de pobres.  El panorama del Occidente tradicionalmente cristiano es apenas más brillante. El Apartheid se renueva cada día  a escala mundial.

Que la alegría de las fiestas navideñas no nos haga olvidar esa gran verdad de que, sin justicia social, la reconciliación y la paz no tienen futuro en ninguna parte del planeta.
                                                                           Eloy Roy


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

  Al reunirse con Juan el Bautista, a quien los apparatchiks religiosos miraban como hereje y rebelde, se dio en la conciencia de Jesús una ...