Déjenme que les cuente el increíble
asesinato que recién tuvo lugar en nuestra capilla.
Este año, he armado el
Pesebre de Navidad del lado del altar de san José. Me entretuve colgando los viejos
adornos de siempre de unas infraestructuras tan firmes como los tambaleantes puentes,
viaductos y cruces de autopista de un Quebec que se está haciendo viejo. El burro
de yeso es uno de los personajes de más peso de ese Pesebre. Es un pilar, diría
yo. Pues bien, tuve la buena idea de ponerlo sobre la punta de una tabla que no
estaba clavada. El tipo se cayó al piso y se rompió en mil pedazos.
Eso me dolió bastante porque
le tenía mucho cariño a ese animalito de venerable edad cuyos ojos reflejaban
la bienaventuranza de los mansos. El buey
era inconsolable. Me trató de asesino. Confesé mi crimen a toda la casa y salí
disparado a recorrer los almacenes para buscarle un sustituto a mi burro
difunto. Pero como la religión ya no es lo que fue, a los burros de pesebre ya no
se les ve ni la punta de una oreja. Entonces volví a casa con las manos vacías.
Entretanto, un joven
colega de 83 años, que pasó su vida haciendo el bien en el Japón y que ahora se
dedica a hacer trabajos menudos, fue al lugar del crimen a recoger los trozos del animal roto. Con una
paciencia de ángel, logró reconstruir al difunto. ¡Literalmente lo resucitó! Yo
no lo podía creer. Mi burrito había vuelto a ser como antes, a excepción de algunas
cicatrices. Pero había sido pintado de nuevo, lo que lo rejuvenecía. ¡Aún el
buey le envidia el nuevo look...
Con motivo de las Fiestas,
acostumbramos desear lo mejor a todo el mundo, aún cuando sabemos que nada va a
cambiar. De hecho, ¿cómo recomponernos cuando
tenemos huesos rotos en el cuerpo, en el corazón, en el alma, en la familia, en
la sociedad, en la Iglesia, en el Gobierno y en un mundo que está cada vez más
patas arriba? …
“No se desesperen”, nos
dice el burrito resucitado, “peguen primero los pedazos rotos, y después verán. ¡Todo es
posible! “
Eloy Roy
Gracias. ¡Gloria a Dios en el cielo y paz a los seres humanos porque participan de ella!
ResponderBorrar[También a mí "me resucitó" un belén traído de Perú. Ahora está recompuesto, pero "funciona"]