Se identificó con nosotros
en todo.
En su carne
tomó nuestras redes rotas.
Por su sangre
nos conectó de nuevo a nosotros mismos.
Por su palabra y aliento
restableció la corriente
entre los humanos,
el cosmos y Dios.
Él nos ha vuelto a entroncar
con el Todo.
La conciencia profunda, y solo ella,
sabe que esto es cierto.
Una Humanidad nueva está en marcha.
ELOY ROY
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