NAVIDAD

   

Hermana K

Kilómetros y kilómetros de hilos de lana de mil colores se enroscan y desenroscan, se enredan,  se tejen y entretejen al derecho y al revés  entre las agujas de acero de la Hermana K, la hiper concentrada.

Hermana K no cuenta el kilometraje. Con los ojos bajados va haciendo puntos sobre puntos sin detenerse. De la mecánica de sus dedos y de su corazón salen bufandas, chulos,  pantuflas y manoplas, tapa-cuellos y calcetines para los sin-domicilio de nuestro país nórdico de gran frío y de tormentas polares espectaculares.

Yo, con kilómetros y kilómetros de letras soy también un tejedor, pero de pobres escritos que se apilan unos encima de otros en mi paciente computadora en la que se van hundiendo en el sueño más profundo del olvido.

Lo que me lleva a la convicción inquebrantable de que la Hermana K, con las lanas tejidas por ella, hace obra más útil para la  humanidad que este humilde servidor con sus kilómetros de escritos.

                    A todas las valientes hermanas H, K, W                                                  y los valerosos hermanos L, Z, R, T

            a nuestro querido pueblo de todos los colores,                                      lenguas, religiones y sueños,

a mis amigas y amigos,

hermanas y hermanos,

a toda la parentela de este mundo

y del otro,

a mis hijos e hijas, nietos y nietas,

bisnietos y bisnietas

de este planeta,

A TODA LA HERMOSA GENTE DE LA QUEBRADA DE HUMAHUACA, 

del Chaco, de Honduras y de la China,

a nuestros autóctonos de acá

y sobre todo

a los últimos de la Tierra,

a los Yemenitas

a los Rohingyas de todas partes

así como al mundo entero,

a los osos y a las marmotas

en hibernación

sin olvidar a las estrellas de mar ni las del cielo

¡Felices Pascuas de Navidad 

y Súper Próspero Año Nuevo!

¡Qué de Aquel que es el “Corazón de nuestro corazón”,

al que llamamos “Dios”,

broten a borbotones

en cada una y cada uno de nosotros

enormes Iguazús de vida

y de felicidad!

                                     Con una infinidad de abrazos y besos,                                                           

                                              ELOY 

Nota: La de la foto no es más que una pálida muestra del arsenal de cajas que Hermana K  llena con sus tejidos para dar calor a los que de frío les tiritan los dientes.