CUANDO DIOS VA A MISA

Lo que ve es a una enorme multitud que ocupa hasta las propias escalinatas de la iglesia. Una multitud abigarrada como solo se ve por televisión. Un verdadero carnaval. Gritan a voz en cuello, cantan, ríen, insultan, protestan contra todo. Sobre las cabezas se yergue una selva de pancartas clamando por cualquier cosa, desde la urgencia de proteger a las focas hasta la de acabar con la Dictadura del Mercado.
El cura tiene ganas de llorar... Para leer el artículo completo hacer clic en este enlace: